En un lugar muy muy lejano vivía el rey Corona, un hombre solitario, bondadoso, apasionado de la naturaleza y de la ciencia.

Un día en uno de sus recorridos a través del mundo observó con tristeza como sus semejantes destruían con cada acto el lugar en el que vivían, consternado y muy agobiado regresó a su palacio y sus buenos sentimientos empezaron a cambiar. Durante horas trabajó en su laboratorio pensando “tengo que salvar al mundo”, la naturaleza me necesita y la única forma de darle un respiro para que los animales vuelvan a su hábitat y el aire sea puro es destruir completamente la raza humana, pero inmediatamente pensó “no puedo destruirla por completo, muchos tienen familia, seres amados…lamento profundamente que perdieran tanto el tiempo en cosas que no son importantes. Después de reflexionar se le ocurrió la idea de crear un virus que obligara a las personas a estar en casa, de esta manera muchos se volverían a encontrar, volverían amar y conocerían a sus familias al tiempo que la naturaleza con todas sus fuerzas volvía a recuperarse.

Así que el rey Corona empezó por contagiar a una de sus sirvientas quien era la encargada de salir al mercado, ella tenía contacto con muchas personas en la plaza de mercado y el virus sin control empezó a esparcirse por todo el mundo.

El rey Corona podía sentir el cambio en el ambiente sin medir las consecuencias del virus que había creado, a pesar de que la naturaleza empezó a ocupar su lugar y animales que hace mucho no se veían en las ciudades como ballenas, zorros, pavos reales salían esporádicamente, el virus no resultó como el rey planeaba. Sin medir las consecuencias este virus no solo obligó a los humanos a estar encerrados, sino que muchos no tenían las fuerzas para combatirlo, el virus era imposible de contener.

Preocupado el rey “Corona Virus” como empezó a ser llamado se entristeció por lo sucedido “jamás medí las consecuencias de mis actos” “tenía buenas intenciones con todo esto, pero lo arruiné”, así que el rey empezó a trabajar en la cura pues era el único que podía encontrarla por ser el creador del mismo. Pero con lo único que él no contaba era que se contagiaría del virus y en poco tiempo deterioró completamente su salud y así encerrado en su enorme palacio falleció intentando remediar el daño que  había causado.

De la misma manera nosotros muchas veces no miramos las consecuencias de nuestros actos y lo único que hacemos es empeorar las cosas. Murieron niños, ancianitos y personas inocentes dejando lágrimas en sus familias y enormes vacíos difíciles de llenar. La vida hay que vivirla de la mejor manera y las cosas no se solucionan causando más daño sino pensando antes de actuar.

FIN